Estudiar estas leyes (Ley de Retorno y Ley de Recurrencia) traerá un gran beneficio al estudiante, pues le permitirá vislumbrar el camino que lo conduce a la Luz, pues está escrito que de la misma forma en que el Demiurgo Arquitecto del Universo creó el Cosmos, de esa misma forma y con las mismas leyes el Microcosmos hombre deberá ser formado.
Debemos tratar de estudiar con el corazón y así lograremos leer donde el maestro no escribe, la gnosis al ser un funcionalismo natural de la conciencia generalmente no es capturada en su hondo significado por la mente, por lo que debemos hacer un esfuerzo por comprender las enseñanzas de una forma más intuitiva.
Retorna la Tierra a su punto de partida cada año, y entonces celebramos el año nuevo; retornan todos los astros a su punto de partida original; retornan los átomos dentro de la molécula a su punto inicial; retornan los días, retornan las noches; retornan las cuatro Estaciones: Primavera, Verano, Otoño e Invierno; retornan los ciclos, Kalpas, Yugas, Mahanvantaras, etc.
Todo vuelve el punto de partida original; todo vuelve a ocurrir tal y como aconteció más las consecuencias y en espiras más altas o más bajas dentro de la Espiral de la Vida. Por tanto, ahora, sólo cosechamos lo que sembramos en una existencia anterior.
El desencarnado, aquel que se prepara para tomar un nuevo Cuerpo Físico, no penetra en el feto; sólo viene a reincorporarse en el instante en que la criatura nace, en el momento preciso en que realiza su primera inhalación.
Muy interesante resulta que con la postrer exhalación del moribundo viene la desencarnación, y que con la primera inhalación reingresamos a un nuevo organismo...
Es completamente absurdo afirmar que uno escoge en forma voluntaria el lugar en donde debe renacer. La realidad es muy diferente. Son precisamente los Señores de la Ley, los Agentes del Karma, quienes seleccionan para nosotros el sitio exacto, hogar, familia, nación, etc., donde debemos reincorporarnos, retornar.
La cruda realidad de los hechos es que el Ego no tiene derecho para escoger el lugar o la familia donde debe nacer. Cada uno de nosotros tiene que pagar lo que debe; escrito está que "el que siembra rayos cosechará tempestades". Ley es Ley, y la Ley se cumple.
Todo en nuestra vida está predestinado porque somos nosotros mismos los que hemos escrito está página de la existencia que nos toca vivir, por lo tanto, sí somos artífices del presente destino.