¿Qué es la Ley del Karma?
Amigos míos existe una Ley que se llama Karma; ésta significa en sí misma causa y efecto, acción y consecuencia.
Vosotros debéis comprender lo que es la ley de la compensación, todo lo que se hace hay que pagarlo, pues no existe causa sin efecto ni efecto sin causa. Se nos ha dado libertad, libre albedrío y podemos hacer lo que queramos, pero es claro que tenemos que responder ante Dios por todos nuestros actos.
No solamente se paga Karma por el mal que se hace, sino por el bien que se deja de hacer pudiéndose hacer.
Cuando uno viene a este mundo trae su propio destino; unos nacen en colchón de plumas y otros en la desgracia.
Si en nuestra pasada existencia matamos, ahora nos matan; Si herimos, ahora nos hieren; si robamos ahora nos roban, y con la vara con que a otros medimos seremos medidos.
Sin embargo, es posible modificar nuestro propio destino, porque cuando una ley inferior es trascendida por una ley superior, la ley superior lava a la ley inferior.
Al León de la ley se combate con la balanza.
Si en un platillo de la balanza ponemos nuestras buenas obras y en la otra ponemos las malas, ambos platillos pesarán iguales o habrá algún desequilibrio.
Si el platillo de las malas acciones pesa más, debemos poner buenas obras en el platillo de las buenas acciones con el propósito de inclinar la balanza a nuestro favor; así cancelamos Karma.
Haced buenas acciones para que paguéis vuestras deudas; recordad que no solamente se paga con dolor, también se puede pagar haciendo el bien.
Muchas personas que sufren, sólo se acuerdan de sus amarguras deseando remediarlas, mas no se acuerdan de los sufrimientos ajenos, ni remotamente piensan en remediar las necesidades del prójimo.
Este estado egoísta de su existencia no sirve para nada; así lo único que consiguen realmente es agravar sus sufrimientos.
Si tales personas pensaran en las demás, en servir a sus semejantes, en dar de comer al hambriento, en dar de beber al sediento, en vestir al desnudo, en enseñar al que no sabe, etc. etc. etc., es claro que pondrían buenas acciones en el platillo de la balanza cósmica para inclinarla a su favor; así alterarían su destino y vendría la suerte en su favor.
Es decir, quedarían remediadas todas sus necesidades; mas la gente es muy egoísta y por eso es que sufre; nadie se acuerda de Dios ni de sus semejantes, sino cuando están en la desesperación y esto es algo que todo el mundo ha podido comprobar por sí mismo; así es la humanidad.
Mirando al Misterio
V. M. Samael Aun Weor